La 26 (primera bloguela espiritista) es un ejercicio de reescritura, en el que se intenta una aproximación narrativa a las relaciones especulares entre nombres-dobles de vivos y muertos en el espectáculo tecnológico (a partir de la genealogía), y la relación con la verdad de un testigo preocupado por las formas y su alteración. Esto, en el período histórico llamado Revolución Bolivariana, iniciado en 1989, y aún abierto.
Cuando lo inicié:
1) Todavía estaba colgada en Internet la genealogía según la cual yo no nací (Febres-Cordero.Net), que es ahora también la genealogía según la cual lo que yo acabo de decir no es verdad comprobable. Algunos rastros de ese ciberespacio están en mi disco-duro, y ahora (pero no por mucho más) están también en el disco duro de una empresa que me ofrece su disco duro remoto a cambio de flujo.
2) Me resistía con más ahínco una renuncia efectiva a la propiedad autoral y a la idea de un texto clausurado (a pesar de que, como todo aspirante a original, al menos como operador de textos, sigo siendo un copista).
3) Había leído y había escrito menos, y había vivido y cogido menos, y era más pendejo (más pajúo).
Por la tercera, lo malo e inexperto. Por la segunda, hasta ahora no abro los comentarios, para que quien quiera diga algo. Por los muertos, el blog no está cerrado.
Si le causa algo, dígalo.