Doble

¿Por qué este afán por publicar (y no se habla acá de escritores sino de todo el que tiene feisbuc.fliquer.tuiter.blog.cuentaenyutub)? Nocordero arriesga la siguiente hipótesis: si, pensamos, como Juan Villoro, en una arqueología del futuro, habría también que pensar que, a pesar nuestro, quedarán registros de nuestra existencia. Y, sobre todo, que en esos registros probablemente reinarán las falsificaciones, los dobles y los malos entendidos.
Por ejemplo, si el error que incluye a Pp en la genealogía de los Febres-Cordero se hubiera reproducido, Nocordero aparecería como Eduardo Febres-Cordero. Y no aparece. Pero Eduardo Febres-Cordero existe: tiene 25 años, es caraqueño, escribe y es chavista. Entonces cuando conocidos o familiares le preguntan a Nocordero a qué se dedica y ellos lo guglean, aparece él:

Por eso Nocordero está convencido de que la ansiedad exhibicionista que marca el espíritu de la época (al menos de quienes pueden ocupar su tiempo en preguntas menos vitales que ¿tomaremos agua esta semana? o ¿comeremos algo más que galletas de barro?) se reduce al deseo de que haya suficientes huellas de la identidad de cada uno como para ser recordados sin confusiones, cuando pase la barredora que anuncia el horóscopo maya y que Fidel dice que es para ya.

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